miércoles, 7 de septiembre de 2011

El cura grosero


Un sacerdote que dejaba mucho que desear fue asignado a un lugar de forajidos y personas de vida inestable; pasado un tiempo, como todo parecía normal, fue un enviado del clero a hacerle una visita el cura lo invita al recinto porque ya es hora de misa; al terminar esta, se acerca al arzobispo y le pregunta:

-¿Qué tal le pareció mi homilía?
 
-Estuvo bien, pero hay varios puntos en los que no estoy de acuerdo:
Caín mató a Abel con una quijada, no le partió su madre, Eva le ofreció a Adán una manzana, no las nalgas, además a los egipcios los arropó el mar rojo, no se los llevo la chingada como usted le dijo a sus feligreses, por otra parte María Magdalena fue una mujer que se dedicó a la mala vida, no una pinche puta, además yo soy el Arzobispo Raymondy enviado del Vaticano, no un cabrón mitotero.

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